La Casa Giratoria
viernes, 24 de enero de 2014
Una pizca de sabiduría
El filósofo británico Bertrand Russell resume las ideas más importantes de su filosofía. Breve, porque no hay mucho más que añadir.
Por qué leer Rebelión en la Granja
Muchas anécdotas nos hacen simpática la figura de George Orwell. Su lacónica y decidida respuesta cuando su editor le pregunta por qué se marcha a España en plena guerra civil: “Hay que parar el fascismo” o el episodio, relatado por él mismo, cuando en pleno combate entre trincheras –de nuevo en España- decide no matar a un enemigo al que descubre corriendo a medio vestir. Vio a un hombre, dice Orwell, sencillamente y a un hombre no entran ganas de matarlo.
Ya despuntan en estas anécdotas y en otras similares algunos
rasgos esenciales de este intelectual sui
generis y honesto: la solidez de sus principios políticos que
comprometieron su vida entera a la vez que su demarcación frente a toda ideología
aferrada a categorías abstractas y a ortodoxias que sólo generan servilismo
intelectual provengan del bando que sea.
En Rebelión en la
Granja, su obra más redonda y de mayor calidad literaria, Orwell fustiga la
revolución bolchevique y el estalinismo a principios de los años 40 del siglo
pasado en medio de la miopía moral e intelectual de gran parte de la izquierda
más progresista. Con una presciencia y una franca lucidez al alcance de muy
pocos, Orwell describe la bárbara desfiguración del ideal revolucionario en
manos de un dominio de poder fanático y sanguinario. Pero es una lectura, a
nuestro juicio, estéril, concluir que Orwell es pesimista con respecto a
cualquier revolución, destinada a fracasar. Orwell atacó el abismo totalitario
del comunismo estalinista por ser el principal enemigo de los valores
esenciales que el escritor inglés defendió toda su vida con tenacidad: la
justicia unida a la libertad y a la common
decency de la gente humilde, del pueblo corriente, basada en la ayuda mutua
espontánea, la generosidad recíproca y la solidaridad “innata”. En otras
palabras, en lo que Orwell creyó firmemente fue en el socialismo democrático.
Pero leer Rebelión en la Granja es algo más, se trata de un acercamiento a una prosa con fuerza pero sencilla, directa y clara. Pensaba Orwell que el uso correcto, cuidadoso y despojado de artificio del lenguaje posee un valor ético. Quien usa mal las palabras, degrada su pensamiento y, por ello, menoscaba su libertad. Es también ese valor ético de la prosa lo que hace fascinante la lectura de Orwell y de Rebelión en la Granja en las aulas. En definitiva, leer un buen libro es siempre un ejercicio de libertad.
Pero leer Rebelión en la Granja es algo más, se trata de un acercamiento a una prosa con fuerza pero sencilla, directa y clara. Pensaba Orwell que el uso correcto, cuidadoso y despojado de artificio del lenguaje posee un valor ético. Quien usa mal las palabras, degrada su pensamiento y, por ello, menoscaba su libertad. Es también ese valor ético de la prosa lo que hace fascinante la lectura de Orwell y de Rebelión en la Granja en las aulas. En definitiva, leer un buen libro es siempre un ejercicio de libertad.
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